Un blog de ciencia para entender el funcionamiento del planeta y su relación con la historia de la humanidad
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Desde que comenzó el siglo XXI las escasas precipitaciones que se están produciendo en el oeste norteamericano están provocando una situación de sequía que amenaza los campos de cultivo e incluso el acceso de agua potable. Una situación similar en la historia sólo se había vivido durante el periodo del cuenco de polvo (dust bowl). Su nombre se debe a que la gran planicie de Estados Unidos de América se convirtió en un gran cuenco de polvo en los años 30s y produjo una de las más famosas migraciones de campesinos hacia California, arruinados por ese viento que un día empezó y terminó secando todo, como bien explica John Steinbeck en su afamado libro de “Las uvas de la ira” (The grapes of wrath). Lo preocupante es que en la época medieval hubo algunas sequías que se prolongaron por décadas y harían palidecer a la sequía del cuenco de polvo. ¿Pero cómo se sabe que en la época medieval hubo grandes sequías si no hay ningún escrito sobre ello? Por los árboles. Como expliqué en la introducción de los paleoregistros, el ancho de los anillos de los árboles se utiliza, entre otros, como proxy de la precipitación, o las condiciones de humedad/sequía de una región. El índice más utilizado es el índice de de Severidad de la Sequía de Palmer (Palmer drought severity index) abreviado como PDSI que se basa en datos de estaciones meteorológicas, tales como precipitación o humedad del suelo. Los dendroclimatólogos, es decir los que estudian el clima a partir de los anillos de los árboles, lo que hicieron fue buscar árboles que estuviesen cercanos a esas estaciones meteorológicas y hacer una correlación entre el ancho de los anillos y los datos recolectados en las estaciones por años. Tras esa validación ya pudieron reconstruir la sequía hasta el momento de nacer del árbol. Ahora imagínese que recoge datos de más de 600 árboles del Oeste Norteamericano que se prolongan por más de un milenio y los incorpora a una rejilla espacial para tener el área que quedó afectada por una sequía. Pues bien eso es lo que hicieron Cook y colaboradores y confirmaron lo que datos sueltos de cronologías dispersas ya apuntaban; durante la Anomalía Climática Medieval hubo sequías en el oeste norteamericano que se prolongaron por décadas. Nacieron los términos “sequías épicas” y “megasequías” que vienen preocupando desde entonces a los encargados de la gestión de los recursos hídricos. Mucho se ha especulado sobre las causas de las cuatro sequías épicas medievales que azotaron el oeste norteamericano y que, según algunos estudios, estaría relacionado con la desaparición del pueblo Anasazi y otras culturas indígenas. En próximas entradas hablaré de esas causas y de los estudios que he realizado yo mismo al respecto. Algunos árboles pueden vivir durante miles de años y de hecho los más viejos del mundo están en la Sierra Nevada de California llegando a superar los 5000 años. El oeste de Norteamérica es afortunado en ese sentido, pero en otras regiones los árboles no llegan a ser tan viejos. En estos casos se aprovechan las columnas y vigas de antiguos edificios como ermitas medievales, santuarios japoneses, templos vikingos o sitios arqueológicos para prolongar la longitud de la base de datos. En el siguiente gif se ve claramente cómo reconstruyen el bandeado de los árboles para una región y cómo la dendrocronología aprovecha esa información para datar restos arqueológicos, en este caso los restos de un barco vikingo [vídeo original]. Los anillos de los árboles crecen dependiendo de muchas variables, humedad, características del suelo, presencia de nieve, temperatura, etc, por lo que no hay una regla común para todos las especies de árboles ni para diferentes regiones. No sólo el bandeado de los troncos es importante, también la densidad de la madera, los átomos que han quedado atrapados en la madera, y sobretodo su composición subatómica, nos da información relevante. Gracias a todas estas variables, cuando juntas los más de 4000 sitios con análisis de anillos de árboles, considerando las particularidades de cada especie y región, puedes hacerte una buena idea de las condiciones globales del planeta, incluyendo temperatura del océano, de la atmósfera, de la circulación atmosférica, etc. Por cierto, no se vayan a pensar que hay que talar los árboles para obtener su bandeado característico. Les dejo con un vídeo que muestra cómo se utiliza un barreno para árboles.
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Noviembre 2017
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