Oscilaciones climáticas y oceanográficas
Nadie sabe qué tiempo va a hacer dentro de 10 días, pero en cambio todos consideramos razonable pensar que en la ciudad de Ensenada (latitud 31º N) va a hacer más frío en enero de 2020 que en agosto de 2024. Esta es en esencia la diferencia entre meteorología y climatología. La meteorología juega con procesos atmosféricos con numerosas influencias que le hace tener un comportamiento caótico e impredecible más allá de 5 días. Por eso se hizo famosa esa frase de “el aleteo de una mariposa puede provocar un huracán en el otro lado del mundo”. En cambio, en climatología se trabaja con patrones claros como las variaciones estacionales, lo que permite tener algo de certidumbre, ya que se han estudiado bastante las oscilaciones climáticas y los limites del sistema planetario (técnicamente, límites termodinámicos). Pero, ¿a qué nos referimos con oscilaciones climáticas?
La oscilación climática más clara es la oscilación estacional, que es la unidad climatológica más corta. Tenemos primavera, verano, otoño e invierno porque la posición de La Tierra respecto al Sol varía, y además lo hace de forma predecible. En el verano boreal, el Hemisferio Norte recibe más insolación solar que en el invierno boreal, por eso en verano hace más calor en Ensenada y podemos ir a la playa a refrescarnos. Consecuentemente, en el verano austral, que coincide con el invierno boreal, hace más frío en Ensenada, mientras vemos en la tele cómo las playas de Australia se llenan de bañistas con gorros de Papa Noel. Sin embargo, si el clima de una región dependiese exclusivamente de la posición solar, en Ensenada iríamos a la playa en junio y julio y sin embargo en junio y julio no hace tanto calor y el agua en las playas del Pacífico Baja californiano está fría de c#@%&es y es generalmente en agosto y septiembre cuando hace más calor y nos encontramos con un agua más calentita y agradable. Esto nos permite deducir que las corrientes marinas también son importantes en el clima y que las variaciones en el océano y en la atmósfera están relacionadas y en ocasiones acopladas.
Hay muchas oscilaciones climáticas que se mezclan entre sí y dejan su marca en los paleoregistros Pero debido precisamente a esa mezcla y a que existen eventos fortuitos que también cambian el clima, como los meteoritos o explosiones volcánicas, por desgracia no siempre hay consenso entre diferentes paleoregistros alrededor del globo. Así, al principio de la Era Común (CE – como se denomina en la comunidad científica los años después de cristo, es decir, los últimos 2016 años) estaba el Periodo Cálido Romano. Hacia el año 500 CE se produjo un enfriamiento debido a la actividad volcánica cuyo nombre más utilizado hace referencia a la historia de Europa, Los Años Oscuros. Más tarde, entre los años 800 y 900 CE comenzó un periodo cálido conocido como la Anomalía Climática Medieval que finalizó alrededor del año 1300 con un rápido enfriamiento conocido como La Pequeña Edad de Hielo en el que influyeron tanto la actividad volcánica como la disminución de la actividad solar. Finalmente, a partir de la revolución industrial a mediados del s. XIX comenzó el periodo cálido actual, probablemente relacionado con la actividad humana y la quema de combustibles fósiles.
Aunque la influencia de estos cambios afectaron de muy diferente manera en diferentes regiones del mundo, es interesante observar cómo algunos de estos periodos se han ligado con cambios culturales, grandes migraciones y el colapso de civilizaciones; por ejemplo, la desaparición de algunas culturas mesoamericanas parece estar relacionada con grandes periodos de sequía. Evidentemente los cambios culturales no suelen estar asociados únicamente con factores externos (como clima o el colapso de un recurso natural), sino que otras variables endógenas (propias de la sociedad, como luchas de poder, guerras, o revoluciones culturales) influyen en mayor o menor medida. A veces el factor externo es el que inicia toda una cadena de acontecimientos que lleva al declive cultural, social, económico, etc, y en otras ocasiones, el factor externo es una gota que colma el vaso del hartazgo de una sociedad que ya presentaba una deficiente estructura. Si piensas que el clima ya no puede influir a la sociedad porque ahora el hombre domina el planeta y la tecnología puede salvarnos, te sugiero que lo pienses de nuevo. Hoy día nos llegan terribles imágenes de la guerra de Siria y de los refugiados sin refugio que tratan de llegar a Europa. Pues bien este drama tiene su punto inicial en unas condiciones de sequía extrema y pobre cosecha, que produjo falta de alimentos y el inicio de los disturbios en el mundo árabe. Aquí vemos cómo un factor externo, la sequía, es la gota que colma el vaso de una situación social inestable por las deficiencias económicas y de libertades de la población, y también es un disparador a otra situación aún más inestable como es la guerra. Si el aleteo de una mariposa puede provocar un huracán, ¿por qué no iba a poder cambiar un gobierno o producir una guerra?
Explora a continuación cuales son las principales causas de variación del clima que podemos observar en los paleoregistros y algunos ejemplos de cómo influyeron en la historia de la humanidad.
La oscilación climática más clara es la oscilación estacional, que es la unidad climatológica más corta. Tenemos primavera, verano, otoño e invierno porque la posición de La Tierra respecto al Sol varía, y además lo hace de forma predecible. En el verano boreal, el Hemisferio Norte recibe más insolación solar que en el invierno boreal, por eso en verano hace más calor en Ensenada y podemos ir a la playa a refrescarnos. Consecuentemente, en el verano austral, que coincide con el invierno boreal, hace más frío en Ensenada, mientras vemos en la tele cómo las playas de Australia se llenan de bañistas con gorros de Papa Noel. Sin embargo, si el clima de una región dependiese exclusivamente de la posición solar, en Ensenada iríamos a la playa en junio y julio y sin embargo en junio y julio no hace tanto calor y el agua en las playas del Pacífico Baja californiano está fría de c#@%&es y es generalmente en agosto y septiembre cuando hace más calor y nos encontramos con un agua más calentita y agradable. Esto nos permite deducir que las corrientes marinas también son importantes en el clima y que las variaciones en el océano y en la atmósfera están relacionadas y en ocasiones acopladas.
Hay muchas oscilaciones climáticas que se mezclan entre sí y dejan su marca en los paleoregistros Pero debido precisamente a esa mezcla y a que existen eventos fortuitos que también cambian el clima, como los meteoritos o explosiones volcánicas, por desgracia no siempre hay consenso entre diferentes paleoregistros alrededor del globo. Así, al principio de la Era Común (CE – como se denomina en la comunidad científica los años después de cristo, es decir, los últimos 2016 años) estaba el Periodo Cálido Romano. Hacia el año 500 CE se produjo un enfriamiento debido a la actividad volcánica cuyo nombre más utilizado hace referencia a la historia de Europa, Los Años Oscuros. Más tarde, entre los años 800 y 900 CE comenzó un periodo cálido conocido como la Anomalía Climática Medieval que finalizó alrededor del año 1300 con un rápido enfriamiento conocido como La Pequeña Edad de Hielo en el que influyeron tanto la actividad volcánica como la disminución de la actividad solar. Finalmente, a partir de la revolución industrial a mediados del s. XIX comenzó el periodo cálido actual, probablemente relacionado con la actividad humana y la quema de combustibles fósiles.
Aunque la influencia de estos cambios afectaron de muy diferente manera en diferentes regiones del mundo, es interesante observar cómo algunos de estos periodos se han ligado con cambios culturales, grandes migraciones y el colapso de civilizaciones; por ejemplo, la desaparición de algunas culturas mesoamericanas parece estar relacionada con grandes periodos de sequía. Evidentemente los cambios culturales no suelen estar asociados únicamente con factores externos (como clima o el colapso de un recurso natural), sino que otras variables endógenas (propias de la sociedad, como luchas de poder, guerras, o revoluciones culturales) influyen en mayor o menor medida. A veces el factor externo es el que inicia toda una cadena de acontecimientos que lleva al declive cultural, social, económico, etc, y en otras ocasiones, el factor externo es una gota que colma el vaso del hartazgo de una sociedad que ya presentaba una deficiente estructura. Si piensas que el clima ya no puede influir a la sociedad porque ahora el hombre domina el planeta y la tecnología puede salvarnos, te sugiero que lo pienses de nuevo. Hoy día nos llegan terribles imágenes de la guerra de Siria y de los refugiados sin refugio que tratan de llegar a Europa. Pues bien este drama tiene su punto inicial en unas condiciones de sequía extrema y pobre cosecha, que produjo falta de alimentos y el inicio de los disturbios en el mundo árabe. Aquí vemos cómo un factor externo, la sequía, es la gota que colma el vaso de una situación social inestable por las deficiencias económicas y de libertades de la población, y también es un disparador a otra situación aún más inestable como es la guerra. Si el aleteo de una mariposa puede provocar un huracán, ¿por qué no iba a poder cambiar un gobierno o producir una guerra?
Explora a continuación cuales son las principales causas de variación del clima que podemos observar en los paleoregistros y algunos ejemplos de cómo influyeron en la historia de la humanidad.
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